martes, 12 de enero de 2010

jueves, 7 de enero de 2010

NOTICIA

Hormona del apetito jugaría papel importante en el Alzheimer

Las personas que tienen mayores niveles de una hormona supresora del apetito producida por las células grasas serían menos propensas que otras a desarrollar enfermedad de Alzheimer o demencia, indicaron investigadores estadounidenses.

Los expertos dijeron que los participantes de un estudio que tenían los mayores niveles de leptina eran mucho menos proclives a desarrollar Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia, comparado con aquellas personas evaluadas que presentaban los menores niveles de la hormona.

Los sujetos con mayor cantidad de leptina también presentaban un mayor volumen cerebral al final de la investigación, algo que suelen perder las personas con Alzheimer, una forma de demencia que afecta a más de 26 millones de personas en todo el mundo.

"Lo que hallamos es que las personas con mayores niveles de leptina al inicio corrían menos riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y demencia", manifestó el doctor Wolfgang Lieb, de la Boston University, cuyo estudio fue publicado en Journal of the American Medical Association.

El descubrimiento de la leptina en 1995 elevó la esperanza de desarrollar un tónico natural para la pérdida de peso. Ratones obesos que carecían de leptina perdieron peso, aunque en los seres humanos, la hormona sólo generó éxito temporario.

Lieb y colegas tomaron datos del Framingham Heart Study, una investigación muy amplia que comenzó en Framingham, Massachusetts en 1948, y a la que Lieb está asociado.

El equipo observó la relación entre las concentraciones de leptina en la sangre y la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia en 785 personas que comenzaron sin signos de demencia entre 1990 y 1994.

Casi 200 de las personas también se realizaron controles cerebrales para medir su volumen cerebral. Después de un promedio de 8 años, y en algunas personas durante 15 años, 111 pacientes desarrollaron demencia y 89 de ellos fueron diagnosticados con enfermedad de Alzheimer.

El equipo halló que una persona que comenzaba con los menores niveles de leptina tenía un 25 por ciento de riesgo de desarrollar Alzheimer, mientras que quienes iniciaban con las mayores cantidades de leptina tenían sólo un 6 por ciento de riesgo de padecer cualquier forma de demencia.

En tanto, de aquellos que se realizaron controles cerebrales, las personas con mayor cantidad de leptina tenían mayor volumen cerebral en el hipocampo -un centro clave de la memoria- comparado con las personas que empezaban con niveles de la hormona más bajos.

Lieb dijo que experimentos de laboratorio y estudios en ratones sugieren que la leptina juega un papel clave en la función cognitiva. El autos expresó que los hallazgos actuales indican que la hormona tendría un mayor rol en el cuerpo que el de solamente regular el apetito.

"Podría ser que éste sea un posible sendero biológico que esté involucrado en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer", añadió Lieb.

viernes, 4 de diciembre de 2009

UN PUNTO A FAVOR

(2/12/2009)

El grupo de demencia de la Comunidad de Madrid (Demcam) es un equipo multidisciplinar integrado por más de 30 expertos en campos como la Neurología y la Psiquiatría, procedentes de diversos centros de la región y cuyo objetivo es profundizar en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer. Este grupo ha presentado su primer estudio piloto (Resonancia Magnética estructural y funcional: estudio multicéntrico de las fases iniciales del Alzheimer en la Comunidad de Madrid) que, a falta de resultados finales, demuestra la contribución de la resonancia magnética (RM) de 3 tesla (T) para la emisión de un mejor diagnóstico en la enfermedad de Alzheimer.

Según los resultados iniciales del estudio la RM de 3 tesla permite obtener imágenes estructurales con mayor definición y contraste, mejorando la calidad de los estudios de difusión, perfusión y espectroscopia. Las imágenes se capturan en un tiempo menor y con una mayor resolución lo que permite evitar la degradación de la calidad de la imagen causada por movimientos del paciente. No obstante, los resultados finales no se darán a conocer hasta mediados de 2010.Para la ejecución de este proyecto que se está desarrollando en la Unidad de Investigación del Proyecto Alzheimer (UIPA) de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN) la Fundación Reina Sofía ha aportado junto con GE Healthcare y la Fundación Eulen 230.000 euros, apostándose, así, por un modelo de financiación y cooperación público-privado de proyectos de investigación que promueven el desarrollo de nuevas tecnologías para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer.

Los directores del proyecto son Juan Álvarez Linera, de la Fundación CIEN-UIPA, y Ana Frank, del Hospital Universitario La Paz, de Madrid.

NOTICIAS FRESCAS




Con fecha 1 de diciciembre de 2009 la revista científica Revista de Neurología [S. Báez, L. Mendoza, P. Reyes, D. Matallana, P. Montañés. Interpretation of proverbs and Alzheimer's disease. REV NEUROL 2009;49:566-572publica un trabajo de investigación llevado a cabo por un grupo de científicos de la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá) en el que evalúan la capacidad de enfermos de Alzheimer en etapa leve-moderada en la ejecución de una tarea de abstracción verbal a la hora de interpretar el significado implícito de los refranes.


Para ello los investigadores realizaron un análisis cualitativo y cuantitativo de la ejecución de 30 pacientes con Alzheimer y 30 controles pareados por edad, género y nivel educativo hallando que los pacientes presentaban dificultades significativas para interpretar refranes, al compararlos con los controles. También encontraron una alta correlación entre los años de escolaridad de los sujetos y la puntuación total de la prueba de interpretación de refranes.Estos resultados sugieren que los procesos que pueden verse predominantemente alterados en los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) son la investigación de las condiciones del problema y la selección de una alternativa y formulación de un plan cognitivo para resolver la tarea.Todo esto contribuye a aumentar el conocimiento de los procesos que pueden verse predominantemente alterados en los pacientes con EA pero aún es necesario realizar más investigaciones acerca del tema para obtener explicaciones más concluyentes.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

ETAPAS DE LA DEMENCIA

PREDEMENCIA

Los primeros síntomas, con frecuencia, se confunden con la vejez o estrés en el paciente.Una evaluación neuropsicológica detallada es capaz de revelar leves dificultades cognitivas hasta 8 años antes de que la persona cumpla los criterios de diagnóstico.Estos signos precoces pueden tener un efecto sobre las actividades de la vida diaria.

La fase preclínica de la enfermedad es denominada por algunos deterioro cognitivo leve, pero aún existe debate si el término corresponde a una entidad diagnóstica independiente o si, efectivamente, es el primer estadio de la enfermedad.

DEMENCIA INCIAL


La disminución en la destreza de la coordinación muscular de pequeños movimientos, como el tejer, comienzan a aparecer en el paciente de Alzheimer en las fases iniciales de la enfermedad.
Los síntomas en esta fase inicial van desde una simple e insignificante, pero a veces recurrente, pérdida de memoria (como la dificultad en orientarse uno mismo en lugares como calles al estar conduciendo el automóvil), hasta una constante y más persuasiva pérdida de la memoria conocida como
memoria a corto plazo, presentando dificultades al interactuar en áreas de índole familiar como el vecindario donde el individuo habita.

La EA no afecta las capacidades de la memoria de la misma forma. La memoria a largo plazo o memorias episódicas, así como la memoria semántica o de los hechos aprendidos y la memoria implícita, que es la memoria del cuerpo sobre cómo realizar las acciones (tales como sostener el tenedor para comer), se afectan en menor grado que las capacidades para aprender nuevos hechos o el crear nuevas memorias.

Los problemas del lenguaje se caracterizan, principalmente, por una reducción del vocabulario y una disminución en la fluidez de las palabras, lo que conlleva a un empobrecimiento general del lenguaje hablado y escrito.

El paciente mantiene su autonomía y sólo necesita supervisión cuando se trata de tareas complejas.


En esta etapa es frecuente que la persona se desoriente en la calle y llegue a perderse, por lo que se recomienda tomar precauciones:


Colocando en su muñeca una pulsera con un número de teléfono de contacto.


Avisar a conocidos de la situación para que alerten a la familia en caso de encontrar al enfermo de alzheimer deambulando.


Usando un localizador GPS para personas con alzheimer, con el que la familia siempre pueda saber dónde está.


DEMENCIA MODERADA


Conforme la enfermedad avanza los pacientes pueden realizar tareas con cierta independencia (como usar el baño), pero requerirán asistencia en la realización de tareas más complejas (como ir al banco, pagar cuentas, etc.). Paulatinamente llega la pérdida de aptitudes como las de reconocer objetos y personas. Además, pueden manifestarse cambios de conducta como, por ejemplo, arranques violentos incluso en personas que jamás han presentado este tipo de comportamiento.


Los problemas del lenguaje son cada vez más evidentes debido a una inhabilidad para recordar el vocabulario, lo que produce frecuentes sustituciones de palabras erróneas, una condición llamada parafasia.


Las capacidades para leer y escribir empeoran progresivamente. Las secuencias motoras complejas se vuelven menos coordinadas, reduciendo la habilidad de la persona de realizar sus actividades rutinarias. Durante esta fase, también empeoran los trastornos de la memoria y el paciente empieza a dejar de reconocer a sus familiares y seres más cercanos. La memoria a largo plazo, que hasta ese momento permanecía intacta, se deteriora.


DEMENCIA AVANZADA

La enfermedad trae deterioro de masa muscular perdiéndose la movilidad, lo que lleva al enfermo a un estado de encamamiento, la incapacidad de alimentarse a sí mismo, junto a la incontinencia, en aquellos casos que la muerte no haya llegado aún por causas externas (infecciones por úlceras o neumonía, por ejemplo).


El lenguaje se torna severamente desorganizado llegándose a perder completamente. A pesar de ello, se conserva la capacidad de recibir y enviar señales emocionales. Los pacientes no podrán realizar ni las tareas más sencillas por sí mismos y requerirán constante supervisión, quedando así completamente dependientes. Puede aún estar presente cierta agresividad, aunque es más frecuente ver extrema apatía y agotamiento.